Son aquellos que de manera natural no llevan gluten: carnes, pescados, frutas, verduras, leche, huevos, etc. Estos productos no deben estar etiquetados como «sin gluten» porque no lo llevan en origen, pero si por alguna circunstancia han podido ser contaminados, sí debe especificar en la etiqueta que pueden contener gluten. Es decir, si no indican nada los podemos consumir, y si indican que llevan gluten, no podemos.